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14.ABR.2010 | publicado por: admin

Perspectiva de la energía mareomotriz (Marzo 2010)

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Perspectiva de la energía mareomotriz (Marzo 2010)

La energía mareomotriz es la que se obtiene aprovechando la mareas, es decir, la diferencia de altura media de los mares según la posición relativa de la Tierra y la Luna, y que resulta de la atracción gravitatoria de esta última y del Sol sobre las masas de agua de los mares. Esta diferencia de alturas puede aprovecharse interponiendo partes móviles al movimiento natural de ascenso o descenso de las aguas, junto con mecanismos de canalización y depósito, para obtener movimiento en un eje. Mediante su acoplamiento a un alternador se puede transformar la energía mareomotriz en energía eléctrica.La energía mareomotriz tiene la cualidad de ser renovable, en tanto que la fuente de energía primaria no se agota por su explotación, y es limpia, ya que en la transformación energética no se producen subproductos contaminantes gaseosos, líquidos o sólidos.

 

Aprovechar la energía del mar no es algo nuevo; la primera patente se registró en Francia, a finales del siglo XVIII. En la década de 1940 existían varios proyectos al respecto. Como ha ocurrido con otras energías renovables, la crisis del petróleo de los años 70 supuso un importante impulso para este tipo de energía, especialmente en Gran Bretaña, Japón y Noruega. En este periodo, la Universidad de Edimburgo comenzó a trabajar en prototipos de aprovechamiento energético de las olas. Treinta años después, casi 50 promotores trabajan en proyectos muy avanzados. Las energías “del mar” son fundamentalmente cuatro: la de las mareas que manejan las acciones gravitatorias del Sol y la Luna, la de las olas, la de las corrientes y el gradiente térmico (diferencia de temperatura entre las aguas superficiales y las del fondo), que en la India ya se aprovechan para generar electricidad. 

 

 

La energía mareomotriz continúa en el terreno de la investigación, aunque evoluciona favorablemente y continuamente surgen mejoras tecnológicas muy importantes si tenemos en cuenta el panorama energético: existe una tendencia, también en la UE, que apuesta por energías menos contaminantes, tanto por el problemático calentamiento global como por la inestabilidad de los combustibles fósiles. El potencial de energía de las olas, especialmente en la península ibérica, rodeada de costa, es a todas luces muy elevado. En 1993 el Consejo Mundial de la Energía calculó que el potencial de las olas duplicaba el consumo eléctrico mundial actual y la Comisión Europea cree que hay más de 100 emplazamientos en el continente con un potencial fácilmente aprovechable. Mientras, el Instituto de Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Pontificia de Comillas asegura que “si España aprovechase toda la energía de las olas en las costas españolas, podríamos cubrir toda la demanda energética española”. 

 

En España, el proyecto Oceantec, subvencionado por el Ministerio de Educación y Ciencia, quiere fomentar la actividad tecnológica para intentar crear un sector industrial nacional que pueda competir con garantías en el inminente mercado mundial del aprovechamiento de la energía marina (dominado hasta ahora por empresas e investigadores portugueses, escandinavos y británicos). En él participa también el Gobierno vasco, Iberdrola, Ceflot, Gamesa, Tecnalia, Ingeteam y Cintranaval. Oceantec está destinado a convertirse en la referencia de este tipo de energía en España. 

 

Sin embargo, la Administración central ha dejado de lado la energía mareomotriz en el reciente Plan de Energías Renovables. Sí son más receptivas las administraciones autonómicas, fundamentalmente las de la cornisa del Cantábrico, una de las zonas con mayor potencial dentro de España y Europa (20 kilovatios por metro lineal de costa), donde se están llevando a cabo varios proyectos, como por ejemplo las experiencias de Santoña (Cantabria) y Mutriku (Euskadi, ver informe). 

 

El primero se encuentra en la fase inicial de evaluación del recurso y adaptación del diseño. Iberdrola, la promotora, ha instalado 10 boyas sumergidas a una profundidad de 40 metros, a una distancia de la costa entre 1,5 y 3 kilómetros. Las boyas tienen una potencia total de 1,5 MW, y suben y bajan al vaivén de las olas, enrollando y desenrollando un cable que mueve un generador de energía. Se prevé que esta energía entre en fase comercial en 2012, pero hasta que no se apruebe el marco normativo, en los primeros años de la próxima década, no se empezará a comercializar definitivamente. 

 

En cuanto a los parques eólicos marinos en España por el momento no existe ninguno, pero la situación podría cambiar si los 5.000 megavatios offstore contemplados en el Acuerdo para la recuperación del crecimiento económico y la creación de empleo formulado por el Gobierno se implantan de aquí al 2020. 

 

Acciona por su parte lleva comprometida con la creación de un parque eólico marino desde 2002, pero debido a problemas de regulación y a cuestiones administrativas sigue sin construirse. Entre las mejores zonas para implantar un parque eólico en España a una profundidad razonable destaca Cádiz. Para la construcción de un parque de este tipo “se requiere una inversión media de entre 2,5 y 2,8 millones de euros por megavatio”, declara el responsable de Acciona.

 

 

Referencia: Fundación Vida Sostenible

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