Este artículo nos informa de una tecnología muy prometedora; el hecho es que conviene resaltar la curiosa combinación de dos tecnologías, una ya muy experimentada como es todo lo que rodea a las infraestructuras de transporte por carretera, y otra más novedosa como la que se expone a continuación; es una fusión muy interesante que abre muchas posibilidades y retos por conseguir:
Las carreteras por las que circulamos todos los días, esas vías de asfalto, en algunos casos interminables, podrían pasar a la historia en un futuro quizá no muy lejano. Esto es lo que pretende la empresa norteamericana Solar Roadways, que proyecta la construcción de lo que denomina “carreteras inteligentes”, unas vías en las que el asfalto sería sustituido por paneles solares que facilitarían la circulación de los vehículos, fortalecerían la seguridad vial y, además, colaborarían en la lucha contra el cambio climático.
Solar Roadways propone que las carreteras del futuro estén formadas por placas solares ultrarresistentes que llevarían incorporadas LEDs, unas luces que sustituirían a las líneas y señales pintadas en el asfalto como forma de señalización y que emitirían mensajes del tipo “desvío a 100 metros”. Este sistema ayudaría mucho a los conductores, sobre todo por la noche, cuando la oscuridad dificulta la circulación. Asimismo, las placas almacenarían energía que serviría para emitir luego calor e impedir que la carretera se congelase los días de nieve. Estos dos factores colaborarían en la mejora de la seguridad vial, al igual que los sensores que la vía llevará incorporados para avisar al conductor de, por ejemplo, la presencia de animales.
Los ideólogos del proyecto también tienen previsto una fórmula para que la energía captada por las placas solares pueda servir para recargar los coches eléctricos y también para abastecer a viviendas e industrias. La empresa ya tiene la ayuda del Departamento de Transporte de los Estados Unidos para financiar estas carreteras inteligentes, que podrían integrarse en las vías actuales o en zonas de aparcamiento. Según los responsables de la compañía, si se cubriesen con estos paneles solares la actual red de carreteras de los Estados Unidos, se produciría tres veces la energía que el país utiliza en la actualidad.
De momento, el principal problema para su instalación a gran escala es su alto precio. Una placa de cuatro metros cuadrados cuesta 10.000 dólares. De este modo, cubrir todas las carreteras estadounidenses costaría 4.840 millones, una cifra muy elevada. No obstante, Solar Roadways asegura que el costa descendería a medida que se fuesen implantado las placas.